La Primavera, una estación meteorológica con unas magníficas relaciones públicas.
Vamos por la calle nos fijamos que un numeroso grupo de personas hacen extraños gestos, sacan pañuelos de una manera casi espasmódica y se oye a continuación una autentica sinfonía de estornudos, es como si fuera el alegro final de una sinfonía.
Nos encontramos con una persona amiga y nos fijamos que no para de moverse, le pica algo en su cuerpo, le preguntamos qué le pasa y nos contesta: Me pica todo el cuerpo, soy alérgico a las arizónicas, o a las gramíneas o al polen de los plátanos de paseo,¡ a por cierto en Madrid hay más de setenta mil ejemplares de este fatídico árbol ¡(gracias a todos los Señores Alcaldes y Alcaldesas que sucesivamente lo han sido y son de Madrid, en nombre de todos los que somos alérgicos a dicho árbol). Cansancio, malos humores, dolores de huesos y músculos se suceden estos días de poética primavera, jejeje. Todos los sonetos, poesías, músicas y gorgoritos, que la cantan ¿no serán sino productos de un departamento de marketing, de una agencia de relaciones públicas, contratada por la Primavera, para mejorar su imagen?
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