Volver a votar ¿para qué?
Se
percibía en el ambiente, se sabía en los círculos políticos especializados, las
anteriores elecciones generales no han servido para nada, ya que los líderes de
los partidos políticas participantes, no han conseguido llegar a un acuerdo que hiciera posible la formación de
un gobierno estable, que tanto necesita el país en la actual coyuntura.
¿Por
qué ese record español, de cuatro elecciones generales en cuatro años? ¿Es tan
difícil ponerse de acuerdo, en unos de los países más históricos de Europa?
Una
primera y para mi causa medular de estos problemas políticos que nos aquejan
cíclicamente, es una Ley Electoral nefasta, producto del bipartidismo reinante
(de ahí los beneficios electorales de los grandes partidos) en el momento de su
gestación y aprobación.
La
segunda, es la malhadada regla D’Hondt, para el recuento y asignación de
escaños, siempre esta, repito primando a los partidos de fuerte implantación
nacional, en detrimento de las agrupaciones más débiles y menos implantadas.
Urgentemente esto debe ser sustituido por un sistema más justo y racional. El
partido que saque el mayor número de votos, es el que tiene que gobernar (con
todas las consecuencias) (una persona, un voto), siendo su líder elegido
automáticamente jefe del gobierno, que únicamente tendría que solicitar la
confianza de la cámara, para iniciar su misión.
En caso de obtener la confianza, se evitarían
conciliábulos previos, que llevan a esto, importantes paradas y disparidades
políticas, que ponen en peligro la gobernabilidad de la nación española. El
líder del partido ganador podría iniciar inmediatamente las tareas, que como
jefe de gobierno, tiene encomendadas por los españoles.
La
necesidad perentoria de abrir las listas electorales y poner en ellas, no a los
paniaguados y pelotas de los miembros de las direcciones de los partidos, sino
a personas que por su implantación en la circunscripción correspondiente, han
conseguido o sabido ganarse la confianza de los electores...
Pero
no nos hagamos ilusiones, vamos a votar cuantas veces quieran esas bandas de
inútiles que nos gobiernan, que no cambiaran nada porque es su supervivencia y
se aferran como lapas a sus cómodos sillones.
¡¡¡ENTONCES,
YO PIENSO UNA COSA, VOLVER A VOTAR ¿PARA
QUÉ?!!!
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