Buenos y utópicos propósitos otoñales
Aunque
las vacaciones anuales, han tenido en su desarrollo un cambio significativo ya
que de disfrutar de ellas, casi de un tirón se ha pasado a disfrutar de ellas,
en pequeños periodos de gracia, a lo largo del año natural. Su propósito
permanece inalterable y es que el beneficiario descanse de sus trabajos
diarios.
Su
desarrollo bien sea en su totalidad o de manera parcial, tiene una primera
función y es que el individuo beneficiario, haga un primer examen de control de
su trayectoria tanto personal, como laboral hasta entonces, si es necesario cambiar, y en
que tiene que cambiar, para lograr su total perfeccionamiento en todos los
aspectos de su personalidad.
Sentados
y descansados, vemos nuestras carencias personales de todo tipo de una manera
real y descarnada, y en la tranquilidad del momento tomamos la determinación de
hacer algo, para solucionarlas de manera definitiva. ¿Quién descansando, no ha
pensado, fijándose en su incipiente “barriguita cervecera”, que lo que pasa es
que no hace ejercicio físico ninguno, por lo que le ha salido, esa redonda
protuberancia, que tanto le afea?, y lo que tiene es que moverse más, dejar el
sillón y sudar para solucionarlo. Lo mejor que puede hacer es ir a un gimnasio,
donde ponerse a punto.
Llegamos
a ese feliz acuerdo con nosotros mismos, de una manera definitiva, en un
momento delicado para su realización final, estamos descansando y descansados,
¿pero seguiremos pensando así, en medio de nuestra cansada jornada laboral
diaria? ¿No lo iremos difiriendo en su realización para más adelante de manera
indefinida, bien por pereza o por autentico cansancio...?. Pongámonos
propósitos y retos realizables y no utópicos, será la manera de auténticamente
realizarlos y que no nos frustren por su no realización.
Esto
se ve también claramente en los propósitos de año nuevo, casi todos baldíos en
su mayoría, por nuestra incuria o dejadez. ¿Quién no ha pensado en, estudiar un
idioma, dejar de fumar, perder esos kilos que le sobran, aprender a conducir,
cocinar...?.
Recuerdo
un refrán muy adecuado a estos propósitos fallidos: EL INFIERNO ESTA LLENO DE
BUENAS INTENCIONES, saquemos a las intenciones del infierno e insuflémoslas
VITALIDAD, con nuestra auténtica voluntad de CONVERTIR, LOS PROPOSITOS EN REALIDADES
TANGIBLES.
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