Grandes voces daba...
“Grandes
voces daba el que en buena hora, nació...”, a si expresaba en la Alta Edad
Media, el desconocido autor del CANTAR DE MIO CID, los problemas que tenía para
entenderse el héroe y sus seguidores, para iniciar una acción guerrera, contra
los moros.
Se
pierde en la noche de los tiempos, la necesidad de los españoles de cualquier
clase y condición de solucionar sus problemas, primero a gritos estentóreos de
volumen endiablado y sino a golpes puros y duros.
Menciono esto en relación con algo que
presencie ayer noche, sentado en una
mesa en la terraza de un popular y famoso café-restaurante del centro de
Madrid.
Al
llegar creí que las voces, que sonaban en la terraza, no provenían de allí,
sino del impresionante trafago de gente y vehículos de todas los tipos, que
circulaban por la por la concurridísima plaza, en ese momento. Pero no,
provenían de las gargantas ya irritadas por el uso, de aproximadamente quince
personas, que repartidas en dos mesas separadas, conversaban a voz en grito de
los más diversos problemas.
Los ocupantes de una de las mesas eran
foráneos, pero parece que hablar a gritos se pega ¿será una bacteria, que ataca
el sistema fonador de todos los que visitan la vieja piel de toro? ¿lo hacen en
sus países de origen?. No quiero un país silencioso, pero tampoco quiero un
país, que me vuelva loco.
La mesa en la que logre sentarme, estaban
entre las dos chillonas. Al principio, me resultó entretenido. Por el lado
derecho, me llegaban las risotadas y conversaciones totalmente hueras en
español castizo ¿se estaban divirtiendo de verdad?, yo pienso, o quiero pensar
que no, porque si, que pena de país. Por el lado izquierdo (sin connotaciones políticas,
solo posicionales), me llegaba la conversación también exaltada pero en idioma
distinto al nuestro, lo que le daba
cierto morbo muy interesante, por lo poco que entendí, sandeces pero en otro
idioma (por cierto de un país, famoso por su educación ciudadana).
Aguante un rato, consumí el refresco, las
voces iban en aumento, empezó a dolerme
la cabeza y me fui, a disfrutar del poco silencio que se tiene en la ciudad.
¡¡¡¿CONTRA ESTA CONTAMINACIÓN
SONORO-IDEOLOGICA, SE PODRIA LEGALMENTE HACER ALGO?!!!
¡¡¡LA MALA EDUCACIÓN CIUDADANA Y LA SORDIDEZ
SE CONTAGIAN!!!
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