Se levanta otra vez el telón electoral
La
vocación política, debería ser una actitud de servicio a los demás ciudadanos,
sentida por personas especialmente dotadas, para resolver los problemas que
acucian a la comunidad.
Efectivamente,
hay personas que se creen dotadas de carismas especiales, para realizar esta
actividad, en favor del resto de sus conciudadanos.
En
el sistema partidista en que la política española se desarrolla, la
participación electoral de las personas, se hace a través de listas cerradas
con los nombres de los candidatos más fieles a la dirección y programa de cada
partido. ¡¡¡¡ Si yo voto, a una determinada lista de la opción política, que
creo me representa mejor, estoy votando a una serie de personas, unas buenísimas,
otras buenas, regulares y porque no decirlo también francamente malas,
impuestas por el órgano de dirección del partido en cuestión!!!!
¿Cómo
se arreglaría este problema de purificar las listas electorales de ineptos,
arribistas e idiotas...?, muy fácilmente, modificando la Ley Electoral,
actualmente vigente. ¿En qué sentido?, cambiando el status legislativo actual,
de bicameral a unicameral, lo que permitiría aumentar el número de
circunscripciones, por lo que los candidatos a ocupar un puesto, tendrían el
programa de su partido en la mano para salir a las calles, e ir de casa en casa buscando al votante con el
que haría un pacto. ¿Te gusta mi programa?, yo te lo defiendo y mejoro, en mis
cuatro años de mandato. Pudiéndome pedir cuentas de mi actuación al cabo del
tiempo del mandato que me diste, y si no estás conforme, con mi trabajo, NO ME
VOTES, OTRA VEZ.
Esto
efectivamente, son las listas abiertas de candidatos de los partidos, que así mejorarían
la democracia de los distintos procesos electorales. Esto llevaría implícito
también, el permitir el voto en conciencia a los diputados disconformes con el
contenido de algunas leyes, que los jefes de sus respectivos grupos
parlamentarios, les instan a aprobar.
Esto
es devolver la función protagonista de
la política, al ciudadano, que delega ese protagonismo, en los elegidos cada
cuatro años por él, los diputados.
Si
estos elegidos han cumplido, lo prometido, se les reelige y sino que vengan
otros.
¡¡¡¡
ME DESPIERTO, HE SOÑADO CON UN PROCESO POLITICO NORMAL Y
DEMOCRATICO...PERO ESTOY EN ESPAÑA!!!!
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