Oyente, en la madrugada
En
la madrugada, en el silencio de la noche,
para el ser humano es el momento en que se encuentra consigo mismo, sin
los afeites y maquillajes de los
artificios que dan los vertiginosos remolinos de las actividades diarias, que
desarrolla y que le sirven para evadirse
de su auténtica realidad.
La madrugada pone de manifiesto que rodeado de
oscuridad, está solo, solo... y esta sensación de soledad, le entristece, le
aflige, necesita hablar con alguien o por lo menos oír una voz, que se encargue
de hacerle saber que no está solo en ese mundo onírico, forjado alrededor de su
sueño interrumpido.
¿Dónde
encontrar esa voz, o esa música amable, que nos haga menos penosa la soledad de
la noche?. La solución está en ese medio de comunicación decano de los mismos,
“LA RADIO”, que ha sabido envejecer modernizándose al tiempo, en beneficio de
sus usuarios. Se ha reducido de tamaño hasta límites increíbles, existen
pequeñísimos auriculares adaptables para oír personalmente la emisión sin
molestar a presuntos compañeros de cama (“que mala es la soledad de dos en
compañía”).
En
primer lugar las emisoras que emiten a esas horas, comprendiendo la situación
de sus oyentes nocturnos realizan programas, intentando que estos los escuchen
(referidos a que tengan un contenido que se introduzca en el ánimo de estos
noctívagos y encuentren en ellos motivos que mitiguen la soledad de la
madrugada) y no que los oigan. La diferencia entre ESCUCHANTE y OYENTE, es esa,
el poner atención a lo que le llega por el éter o solamente percibirlo como un
sonido sin contenido que no nos llega a producir ningún impacto emocional.
La
radio por la noche, es y debería considerarse así a todos los efectos, un
SERVICIO PÚBLICO, entretiene, ayuda, acompaña (largas noches hospitalarias,
viajes interminables...) ha salvado vidas, ha logrado evitar desgracias (suicidios, violencias, graves discusiones...)
y sobre todo da el calor de la voz humana a quien necesita oírla en momentos
difíciles de su vida.
Si
el ser humano, solo consigo mismo consigue encontrarse un poco menos solo con
la ayuda de la radio, esta habrá conseguido una victoria social extraordinaria,
frente al mal social endémico de nuestro tiempo: LA SOLEDAD.
¡¡¡¡
SOLOS EN LA MADRUGADA, SI, PERO CON LA AYUDA DE LA RADIO!!!!
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