¿Triste o deprimido?
En
el mundo actual lleno de competitividad, sobrevive en todo el más fuerte.
Existen a nuestro alrededor multitud de personas que no se sienten capaces de
participar en esos juegos de competencia
que constituyen la vida diaria con posibilidades de sobrevivir…
Nos
encontramos con muchísimas personas poseídas por un sentimiento o estado
melancólico en el que no tienen ni ilusiones
ni ánimo para vivir o hacer cosa alguna en provecho propio o de los
demás y una marcada propensión al silencio o a un llamativo llanto que trata de
disimular ante los demás, esa persona esta triste. Esa tristeza normalmente
tiene un motivo: un duelo, un fracaso, una negativa, una pérdida de algo
importante para él, un resentimiento, cólera…Como digo suele tener un motivo más
o menos oculto y tiene una duración. Importante a las personas tristes se les
puede y debe consolar, lo aceptan, les sirve y lo agradecen de buen grado.
Hay
personas que aparte de una tristeza profundísima tienen un estado psíquico
caracterizado por una disminución total o parcial de la actividad del organismo y una perdida generalizada de interés
por el mundo que les rodea, estaremos entonces ante una persona deprimida. La
depresión, es una enfermedad típica de nuestro tiempo y que con gran frecuencia
se confunde con la tristeza (casi siempre tiene un motivo) y en sus formas más
agudas suele ser la antesala del suicidio. A un depresivo hay que “acompañarle”
no “consolarle” ni “animarle”, el solo
se animara cuando recobre el nivel normal de la actividad de su organismo y el
interés por lo que le rodea. El típico e ignorante “no estés triste, anímate…”,
en este caso no sirve.
Como
medios generales de prevención a nuestro alcance contra estos dos males tan
contemporáneos, que nos aquejan tan frecuentemente es fomentar las aficiones en
las personas para que estas, nos sirvan de salvavidas ante las bajadas de ánimo
que por doquier nos acechan. Deportes,
lecturas, relaciones sociales, manualidades… son remedios fáciles para tratar
de evitar estos problemas, que atacan a tanta gente.
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