DEFINE UN AMANTE SU AMOR Y DECLARA SU CIUDADO

Arder en viva llama, helarme luego,
mezclar  fúnebre queja y dulce canto,
equivocar la gloria con el llanto,
no saber distinguir nieve ni fuego;

confianza y temor, ansia y sosiego,
aliento del espíritu y quebranto,
efecto natural, fuerza de encanto,
Ver que estoy viendo, y contemplarme ciego;

la razón libre, preso el albedrio,
querer y no querer a cualquier hora,
poquísimo valor y mucho brío,

contrariedad que el alma sabe e ignora,
es, Marsía soberana, el amor mío
¿Preguntáis quién lo causa? Vos, señora.


Eugenio Gerardo Lobo (1679-1750) “El capitán coplero”









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