Diversión VS chillidos

septiembre 24, 2018

Ayer por la noche, bajo la presión de las altas temperaturas reinantes a esas horas ya nocturnas, en las proximidades de mi domicilio, entramos en un establecimiento del que sabíamos contaba con aire acondicionado y que venden o vendían (anoche desde luego, no se lució), excelentes perritos calientes, con la particularidad de que a cada uno, lo designan con el nombre de un periódico de tirada internacional, relleno con alimentos alusivos al país que da nombre a la publicación.

El establecimiento, estaba lleno de devoradores de estos “hot-dogs”, el ambiente animado, pero dentro de un orden. Nos sentamos, en una mesa libre y pedimos a un camarero, los perritos apetecidos. Todo va transcurriendo más o menos normalmente, hasta que desde una mesa cercana, se empieza a posesionar del ambiente, palabras gritadas con verdadero ahínco y perseverancia, por las cinco personas que ocupan la misma, dos mujeres y tres hombres de mediana edad.

Resuenan unas carcajadas falsas, son como las de las hienas, en la jaula de un zoológico, quieren demostrar alegría, pero lo que dan oyendo esos aullidos en forma de falsas carcajadas, es pena. Habrá un sonido más, humano y reconfortante que esas carcajadas que salen de dentro del alma inundando todo, con su explosión jovial y cantarina, que parece hacer participar a los circundantes.

No sabrán estos grupitos tan salados, que con sus intemperancias plenas de mala educación, se están metiendo de soslayo en la intimidad de cada una de las personas que ocupan las demás mesas, sin pedir permiso.

No se está más alegre, cuanto más grita un grupo de amigos, o pseudo-amigos. Las gracias o tonterías que se dicen en el grupo, no hay que magnificarlas con estúpidas y fortísimas carcajadas de hiena. Pensemos en los demás, también tienen derecho a estar tranquilos comportémonos en los establecimientos públicos de manera civilizada. Riámonos, divirtámonos con nuestros amigos, pero por favor no estamos solos.