Montilla, Etnología y Enología (y 2)
…Estos vinos, antaño reyes de las
mesas, están situados ahora e momentos muy especiales de consumo. Montilla
resistió bien esta eventualidad y mantuvo cuotas muy positivas para su
comercio, personalidades de la D.O consiguieron con sus hábiles gestiones
emprendedoras no cayeran estos vinos en el olvido y estos grandes vinos
siguieran adelante.
El amontillado tuvo tanta fama que incluso
Edgar Allan Poe le dedicó uno de sus tenebrosos cuentos, “El barril de
amontillado”, que habla del método de venganza utilizado para conocer un
crimen. El amontillado se hace añadiendo alcohol a una barrica de fino. Al
matar el velo en flor, deja expuesto el vino a una intensa oxidación, la cual
se incrementa durante el largo tiempo de envejecimiento al que está sometido en
las botas. El resultado es un vino de color entre oro viejo y ámbar, aroma
fragante, sabor seco que da mucho juego en la sobremesa para dulces y frutas almibaradas.
El PX es posiblemente el gran
vino de postres tanto de Montilla como de Jerez, pues se hace en las dos zonas;
en ambas se asolean las uvas, que, expuestas al sol, se secan. El vino se
elabora, pues, de uvas pasas, su contenido en azúcar es alto y tiene una
graduación alcohólica superior a 15º. Posee un color ámbar oscuro. Huele a
almendras garrapiñadas, café irlandés y chocolate, dulce, sabroso, generoso y
alimenticio.; un vino-medicina, pues sana el espíritu y el cuerpo, y hay que
ser muy civilizado para elaborarlo y beberlo.
Grandes PX son los de Alvear, Pérez
Barquero, Toro Albalá, Bodegas Robles y Gracia Hermanos. Estos montillas,
aunque de precio selectivo, han sido vinos muy populares; en todas las casas
andaluzas han tenido siempre una botella de PX en sus alacenas, por lo que
pudiese pasar.
Poe cita en su cuento a John
Buchan: “La medicina domestica está al
alcance de todos”. Pues esos son los montilla, pura medicina casera.
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