La viña del bosque (y 2)
… Construyeron depósitos de
fermentación junto a las viñas, les tines del bosc, unos cups de piedra seca
que recubrieron por dentro con un material cerámico vitrificado, parecido al
zirconio. Allí, con el frio de la montaña y el recubrimiento cerámico, los
mostos vinificaban durante el invierno con una temperatura controlada.
La comarca cambió con la crisis filoxérica
y la Revolución industrial, hasta que un personaje llamado Valentí Rodía,
personaje providencial para la viticultura de la zona, impulsó la salvación y la reconstrucción de
este patrimonio
Con la llegada de transporte mecanizado,
esas tinas cayeron en desuso y fueron abandonadas, pues ya se podía llevar con
rapidez las uvas a las bodegas. Bagés tiene también otro patrimonio, la uva
picapoll, citada ya por Plinio en el siglo I. Con esta uva Roqueta hace el
Abadal, un blanco extraordinario; además, cada año elabora vino en las viejas
tinas del bosque que ha ido recuperando, consiguiendo de esta forma originales
y extraordinarios caldos. Él ha sido uno de los que más han empujado este
movimiento de renacimiento del territorio vinícola del Bagés, cuyo resultado
podemos ver ahora en los blancos y tintos de la Cooperativa d´Artés y de las
Bodegas Abadal.
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