La viticultura de dos países encontrados ISRAEL Y EL LIBANO.
ISRAEL, Tiene una tradición vitivinícola
milenaria a sus espaldas, situó la
vitivinicultura entre sus objetivos al nacer como Estado hace casi un siglo. Uno de los nombres más ilustres de la vitivinicultura francesa, la familia
Rothschild donó un fondo importantísimo
para la financiación de viñedos y de empresas vinícolas. La respuesta no
sr hizo esperar y actualmente Israel produce
160.000 hl de vinos blancos y tintos
correctos o “kosher” (*) algunos de gran calidad, especialmente en las
tierras altas, procedentes de viñedos como Cabernet
Sauvignon, Garnacha, Merlot, Carignan, Riesling y Chardonnay.
LIBANO, Sintió muy intensamente la influencia
francesa, como Protectorado, hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Su
importancia comercial y financiera de primer orden durante varias décadas,
unida a su tradición francesa, se dejó sentir en la viticultura hasta el inicio de hostilidades con Israel, como testimonian las variedades
predominantes: Cabernet Souvignon,
Merlot, Cinsault, Carignan, Chardonnay y Sauvignon. Es mundialmente
conocido el Château Musar impulsado
por la familia bordelesa Barton, que
elabora soberbios vinos bajo las más modernas tecnologías de bodega y crianza.
El Musar ha sido comparado con los mejores vinos californianos, australianos y
con el portugués Barca
Velha. El 95% de su producción es exportada a los principales mercados del mundo. Las variedades locales de uva blanca se suelen dedicar al consumo en fruto y a la producción de pasas.
En los países de Oriente
Medio, la producción vitivinícola está
estancada o en regresión por el
integrismo islámico, que está presente, e incluso determina, la vida
política de los países del área.
(*) sobre estos vinos kosher o correctos, informare en próximos días.
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