Depósitos vinícolas
Es
el nombre que reciben las partículas de materias solidas que se
asientan en el fondo de la barrica, tanque o botella
Los sedimentos del vino están compuestos por una gran cantidad
de materias diferentes, principalmente
de levaduras y fragmentos de los granos y los hollejos (pieles de las
uvas), también los elementos tartáricos y polifenoles (antocianos y taninos) inherentes al vino.
En
algunas ocasiones el grano, la pulpa y
el hollejo se recuperan para añadir al vino
mayores proporciones de polifenoles, antocianos, aceites y otros compuestos,
aunque esta práctica resulta muy cara.
Generalmente
los sedimentos son utilizados como
abono para los viñedos. Aunque es infrecuente la presencia de sedimentos en una
botella, si esto ocurriese, es preciso la
decantación del vino. La aparición de sedimentos en un vino embotellado puede ocurrir si este es muy viejo. Las
actuales prácticas de elaboración, especialmente en el caso de los vinos de consumo rápido, incluyen los
procesos de clarificación, filtrado y estabilización con el fin de mantener el vino libre de impurezas que puedan afectar su constitución. Los
sedimentos pueden aparecer en los vinos con
un largo envejecimiento en botella en forma de cristales de ácido tartárico con
diferentes tonalidades dependiendo del tipo de vino, blancas en el caso de los blancos o grisáceas o rojizas en el
caso de los vinos tintos, o como
taninos resultado de la presencia de compuestos polifenólicos. En el caso de los tintos de largo
envejecimiento en botella, la presencia de un mayor contenido en
polifenoles y compuestos tartáricos es la responsable de la aparición de los aromas propios del vino que van
desarrollándose en el envejecimiento de la botella y las transformaciones en ella
de estos compuestos.
Comentarios
Publicar un comentario