... y tú, no te vas?


En estos días, previos a las festividades de Semana Santa, la ciudad se revoluciona, todo el mundo está inquieto, hay como una especie de desasosiego que recorre los cuerpos. Y en los encuentros ocasionales, o no ocasionales entre personas, siempre hay una pregunta, que bien se explicita o flota en el ambiente, ...Y TÚ, NO TE VAS?.

Con esta pregunta, en la mayoría de los casos, no se pretende inquirir curiosamente, si el otro se va de vacaciones, y adonde. Sino encontrar, a alguien que como nosotros, tenga verdadera urgencia en abandonar la ciudad en estas cortísimas vacaciones. Es como un motivo, que reafirma nuestro deseo de irnos, aunque sea poco tiempo de la ciudad que nos agobia.

Si la contestación es positiva, una amplia sonrisa ilumina nuestro semblante, otro hermano de huida, otro que se quiere apartar como sea de esta urbe, donde te ves obligado a vivir. Es curioso ver como lo que primero fue un refugio, ahora solo nos da motivos para salir corriendo.

Si nos confirma que no se va, hacemos un gesto palpable de incredulidad, ¿pero cómo, no se va a ir?, es un caso rarísimo. Uno que se queda, entre miles que salen. ¿Qué le pasara?, ¿tendrá problemas personales, económicos, laborales...? no se entiende que alguien se pueda salir de la norma de manera tan clamorosa, ¡¡¡ NO SALIR DE LA CIUDAD, EN LOS DIAS DE SEMANA SANTA!!!.

Tenemos en nuestro imaginario, un tremendo instinto gregario, de rebaño que nos obliga a obedecer las órdenes de los que nos conducen sin soltar la cuerda. Aunque haciéndonos ver y  notar, que nos movemos únicamente por la fuerza única de nuestros propios impulsos soberanos.

Una obligación imperativa, urgente y salvadora, por parte de la especie humana, es intentar zafarse de este pastoreo sutil, al que nos someten los muchos poderes facticos que nos esclavizan por todas las partes y todos los niveles.

Salir o no salir de la ciudad, en fechas vacacionales, debe ser una opción personal que tome el individuo en función de sus intereses personales, repito personales y no en función de lo que piensen o digan los demás.

Olvidémonos de publicidades más o menos encubiertas y tomemos nuestras decisiones, en función de lo que nos interese a nosotros y nuestras familias, y no a otros.









¡¡¡INTENTEMOS RECOBRAR NUESTRA TOTAL LIBERTAD DE ACCIÓN, ES IMPORTANTE!!!

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