¡¡¡ Todos cocineros!!!
Para
Julio Camba (olvidado escritor español, experto en gastronomía, recomiendo
encarecidamente su “LA CASA DE LUCULO”, deliciosa), la cocina española desde
hace más de un siglo estaba llena de ajo y de preocupaciones religiosas. Ahora
el nitrógeno líquido y otros productos químicos (esterificaciones con acido
esteárico...) han sustituido al ajo y las principales inquietudes son tan
mundanas como la fama, el dinero y el éxito.
Los
cocineros de fama (orlados con estrellas por supuestos méritos), son los nuevos
futbolistas de estas primeras décadas del siglo XXI, los niños sueñan con
triunfar entre fogones, hay largas, larguísimas listas de espera para comer en
los restaurantes de moda (algunos de estos, se permiten el lujo, de abrir unos
pocos meses al año, encareciendo aún más la factura) y las parrillas
televisivas rebosan de parrillas de verdad.
La
clientela de estos escogidisimos establecimientos, llenos de estrellas y de
soles, han llegado al paraíso de la fama, muchos por sus creaciones llenas de
ingenio y sabor, pero la fama de otros, es el resultado de perfiladas campañas
de publicidad y marketing de las originalidades del establecimiento, para
despertar en la gente esa exagerada admiración por todo lo que está de moda o provocar la inclinación a adoptar
costumbres, modas e ideas porque se consideran distinguidas (esnobismo).
Los
canales de TV, han explotado hasta el máximo, la popularidad conseguida por la
cocina, han sabido convertir sus emisiones culinarias (normalmente, presentadas
por figuras de la restauración) en una mezcla de gotitas de un curso on-line de
cocina (invitados de postín del gremio), con los accidentados ingredientes de
una serie de las de éxito. Con esos mimbres, el éxito televisivo, está
asegurado. Todos los telespectadores, se levantan al final de la emisión, con
la idea de que ellos lo van a intentar, y quien sabe...
La
alta cocina (¿no son alta cocina, unas buenas sopas de ajo?), tiene que
convertirse en eso, en cocina y no en una clase de química avanzada. Un
destacadísimo profesional de esta forma de cocina, vino a decir en unas
declaraciones en TV, que estas sofisticaciones, una vez al mes bueno, pero no
más. Para remacharlo explico, que él comía a diario, en casa de su madre, los
platos de la cocina de siempre, con eso
está dicho todo...
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