Sofonisba de Anguissola
Hasta hace unos años, no aparecía en la
Historia de la Pintura, ninguna mujer que fuera considerada gran artista del
género. Se llegaba a tal extremo, que a las que había no se les permitía firmar,
o sus cuadros eran atribuidos a pintores masculinos. De las grandes pintoras
antiguas, que han aflorado en los últimos años, destaca SOFONISBA DE
ANGUISSOLA.
Esta ilustre pintora nació en Cremona hacia
1535. Era la mayor de siete hermanos, seis de los cuales eran niñas. Su padre,
Amilcare Anguissola, era miembro de la baja nobleza genovesa. Su madre, Bianca
Ponzone, era también hija de un conde genovés. En 1554, Sofonisba (nombre de
origen cartaginés, así se llamaba la hija de Asdrúbal) que ya pintaba con
ingenio, viajó a Roma, donde conoció a Miguel Ángel por mediación de otros
pintores que conocían bien su obra. Este encuentro con el gran pintor fue un
tremendo honor para la artista en ciernes y se benefició de ser “informalmente”
instruida por el gran maestro que rápidamente identificó el gran talento de la
“discípula informal”.
Sofonisba busco posibilidades, para nuevos
tipos de retratos, con personajes en pases informales. Los miembros de su
propia familia y su rostro fueron los protagonistas más frecuentes de sus
obras.
No tuvo la posibilidad de estudiar anatomía o
dibujar del natural, pues era totalmente inaceptable para una señora que viera
cuerpos desnudos. Fue invitada a visitar la corte española de Felipe II a los
24 años y se convierte en pintora de la corte, además de dama de compañía de
Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, contando con su amistad y
confianza extrema. Pinta a toda la familia real, en retratos vibrantes y llenos
de vida.
Un retrato de Felipe II, atribuido tradicionalmente
a Sánchez Coello, se ha demostrado que fue pintado por la artista cremonense,
habiendo marcadas sospechas de que “La dama de armiño”, atribuida al Greco,
pudo también ser pintado por ella.
Es una artista, de la que constantemente se
están descubriendo obras, atribuidas a otros famosos autores (esto era debido a
que a una mujer artista, la sociedad de su tiempo, no le permitía ser famosa),
que cuelgan en las principales pinacotecas del mundo. Murió en Palermo en 1625.
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