La copa
Es
un recipiente de cristal utilizado
para la contención del vino durante
su servicio y han oído evolucionando en forma
y materiales.
Contenedor especialmente importante en la cata por la capacidad que tienen en potenciar la apreciación de ciertos factores olfativos y
visuales.
La copa ideal ha de ser clara, lisa y fina con tallo o macarrón y base para evitar la
transmisión de calor al vino al cogerla.
El tallo o macarrón permite facilitar los movimientos de rotación que
permiten la liberación de aromas durante la
cata. La copa ideal deberá estrecharse en la boca, con el fin de minimizar
la posible expulsión del vino por la
fuerza centrífuga y condensar los aromas.
En
la actualidad existen numerosas firmas que fabrican copas destinadas para el consumo del vino que siguen estos esquemas generales de forma y estructura
para los vinos finos y vinos de mesa. En
el caso de vinos especiales como los
espumosos, para los que se determina la
copa flauta y la copa tulipa, con
largos tallos, que permiten un mejor
desprendimiento del rosario de burbujas hacia la superficie.
En
algunas zonas de Francia se utilizan
copas de balón, con una gran superficie.
Este es el caso de los borgoñas
y de algunas copas de brandy, en
general de balón excesivo. Pequeñas copas son utilizadas en el servicio de vinos fortificados y oportos. Uno de
los más importantes fabricantes de copas es
el austriaco Redel, creador de una colección de copas diferentes, que
favorecen la apreciación gustativa en la nariz y en el paladar, en función de
las características propias de cada vino y de la evolución de este en la copa. Así, entre sus series, se
encuentran copas para los diferentes
tipos de burdeos, dependiendo de su
edad, para los oportos o para
ciertos vinos italianos.
En la corte española, había un encargado de la selección de copas y servicio de los vinos en actos de protocolo. Era el
copero y era así mismo Sumiller oficial.
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