Desayunos en Canarias

En mi última estancia en las Palmas de  Gran Canarias,  en el hotel donde estuve hospedado, era una verdadera fiesta, el comienzo del día, el desayuno era y es como una carga de energía que te regalan para comenzar con el mejor pie la jornada y poder disfrutar de las delicias de esta luminosa ciudad.

El salón de desayunos, está situado a nivel casi de la calle, que es el paseo de las Canteras, del que está separado por grandes cristaleras, que proporcionan dos agradables cosas proporcionando a sus clientes, una visión magnifica de la playa y un observatorio perfecto del paseo por donde circulan a distintas velocidades, según sus posibilidades físicas, personas de muchísimas razas y etnias, que se mueven con fruición disfrutando del incomparable clima gran-canario.

Para mi distingo varios tipos de paseantes. Los que andan y pasean por el placer de andar y tomas el fresco, para ellos el tiempo no cuenta, turistas, desempleados y jubilados. Jóvenes, personas de mediana edad y los por mi llamados niños de la tercera edad que quieren hacer deporte corriendo para mantenerse en forma,  a algunos de los cuales se les marca ya en la cara que el esfuerzo  que están realizando está poniendo en algún aprieto a sus condiciones físicas, que ya no son las de antes, eso si todo correr con unos contadores en los brazos, que serían la envidia de un centro de entrenamiento de astronautas ¿Todos entenderán las marcas de estos aparatos?

Un grupo para mí, muy simpático es el de los padres, madres y abuelos canarios, peninsulares y extranjeros que llevan a sus pequeños en cochecitos a disfrutar de las delicias del mar y de las temperaturas reinantes, disfrutan ambos.

Como se me está quedando frio el té, termino  con el ejemplo que dan muchas personas con capacidades físicas disminuidas, como abandonan sus coches y se agarran trabajosamente a la barandilla del paseo, para intentar dar pasos que mejoren la movilidad de sus extremidades enfermas, podría seguir ya que todo lo que se observa…