Brandy
Aunque
la palabra brandy engloba a todos los aguardientes de vino
engloba a todos los aguardientes de vino,
actualmente se conoce al brandy como
el destilado español por excelencia.
Este aguardiente es el resultado de cocer vino
recién fermentado y de condensar los vapores alcohólicos, una vez apartado
el agua. El vocablo proviene del
holandés y significa “vino quemado” y fueron estos los primeros en consumir
este aguardiente, que lo llevaban en
sus barcos, destilado, ocupando menos
espacio en los barcos. En destino solo tenían que añadir agua y residuos sólidos de destilación, consiguiendo
beber un vino agradable.
Los aguardientes de vino se basan en tres elementos
fundamentales: vino utilizado,
destilación a la que se somete y su conducción. La variación en cada uno de
estos tres elementos producirá brandies
distintos, aunque los mejores vinos se utilizan para la obtención de las mejores holandas, que son aguardientes
de baja graduación obtenidos por destilación directa de los vinos puros, con una elaboración lenta, para luego
envejecer en roble americano.
Con
el fin de que cada brandy sea
diferente, la legislación permite añadir maceraciones
de frutas, fibras de roble,
almendras, vainillas y oscurecerlo
con caramelo.
En
Cataluña siempre ha habido una gran
tradición de destilar en las casas.
Penedés, una de las zonas más importantes de la producción de brandies, se distingue de las demás por
tener una gran influencia francesa
en su forma de elaborar. Las uvas
utilizadas son Macabeo, Xarel.lo,
Parellada y la francesa Ungi Blanc,
uva muy extendida en Cognac. Se
utiliza la doble destilación para los brandies
de mayor calidad, y el
envejecimiento se hace no solo con roble americano sino también con francés
de limousin. De todo este proceso
nacen unos brandies elegantes y
complejos muy similares a los cognacs.
A
diferencia del catalán, los brandies que
se fabrican en Andalucía tienen más influencia de los vinos que se fabrican
en Jerez.
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