Mi orden, tu orden, desorden


El orden, es la colocación cuidadosa de un conjunto de cosas, asignando a cada una de ellas un lugar o posición determinada. Es también la disposición regular de un conjunto de cosas de la persona que realiza la ordenación a toda costa (dictadora) casi siempre contra la voluntad de los demás que lo expresan con razonamientos lógicos que el ordenante no atiende porque sería contradecirse a sí mismo y no poder figurar como centro en las conversaciones (egocentrismo e histrionismo), hay auténticas crisis neuróticas, en estas personas cuando ven alguna cosa fuera de su posición determinada.

Cada persona tiene una idea del orden de las cosas que le rodean, en función de la utilidad que tienen para el desarrollo de su vida diaria en todos los aspectos, eso debe mantenerse para evitar caer en el desorden, que es que no encontrar las cosas en el lugar que les corresponde, esta falta de orden y organización provoca un mal funcionamiento de todos los aspectos vitales útiles para la persona.

El imponer un orden férreo de las cosas en el ámbito familiar, suele ser el origen de todo tipo de encontronazos y problemas, hay verdaderos neuróticos en estos aspectos, (dictadores), (padres y madres, hermanos mayores...) El orden mío de las cosas, no tiene por qué coincidir con el tuyo, ya que nuestras necesidades vitales y relacionales, son diferentes, lo que  nos obliga al bonito, difícil y necesario ejercicio de negociar con el otro, para llegar a una solución pacífica y de compromiso.

Hay un viejo aforismo que dice “las cosas nos tienen que servir, y nosotros no servir a las cosas”, por eso nuestras cosas deben tener un orden que nos haga más cómodo y fácil nuestro acontecer diario, resolviéndonos las necesidades que nos puedan surgir. Ese orden puede ser cambiado por nosotros para mejor utilizar las cosas o a instancia de otras personas que nos lo pueden aconsejar para mejorar su rendimiento, en aspectos no percibidos por nosotros.

Huyamos de los dictadores del orden, que al final nos harán caer en el desorden, por su intolerancia en no admitir más órdenes que el suyo pensando que otros son despreciables.




¡¡¡VIVAMOS NUESTRO ORDEN, SIN MOLESTAR A LOS DEMÁS CON IMPOSICIONES QUE AL FINAL LLEVAN AL CAOS, AL DESORDEN!!!

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