La resurrección del teléfono
La comunicación de información se hace más
sencilla a través del teléfono, la invención del mismo supuso un crecimiento
exponencial de los contactos entre personas. Las líneas telefónicas se
multiplicaron por doquier y la
comunicación interpersonal a nivel mundial, fue un hecho
incontrovertible.
El mundo, tecnológicamente hablando,
avanza que es una barbaridad, como se expresa chulescamente en la zarzuela D.
Hilarión, el castizo personaje de “La Verbena de la Paloma”. Aparece la
tecnología digital y los teléfonos celulares, arrinconando a aquellos pesados
aparatos fijos primitivos.
El número de llamadas, se hace
multimillonario ganando la portabilidad de los aparatos digitales a los
primitivos fijos, en el uso de los mismos. Los pequeños y ultra portables
aparatos, teléfonos inteligentes se quedan con el mayor trozo de la tarta que
representa el pastel de las llamadas.
Estos teléfonos inteligentes,
incorporan entre otras cosas algunos inverosímiles, servicios de mensajería instantánea
de forma gratuita (WhatsApp y otros) que permiten el envío a otro u otros de
mensajes escritos de forma ultrarrápida, aunque por cierto la actual Pandemia
de Coronavirus, ha cortado de forma brusca el ascenso imparable de las misma,
que había llevado al colmo la despersonalización de la comunicación humana, había
sustituido la voz por una nota.
Con tantas cuarentenas profilácticas
como hoy día se realizan, ya no vemos al otro, ni le oímos. Necesitamos saber
perentoriamente, que no estamos solos en el mundo para hacer frente al
fantasmal peligro que nos acecha, por la cual ya no ponemos mensajitos o por lo
menos muchísimos menos que antes. Nos reconforta oír la voz del otro y
compartir con él nuestro sentir.
Datos publicados muy
recientemente, a partir de la declaración de la alarma sanitaria, nos hablan de
un aumento de casi un 89% en el número
de llamadas realizadas, con respecto a igual fecha del año anterior, lo mismo
en los mensajes de los que se han puesto un 63% menos.
Esta catástrofe, ha enseñado
primeramente una cosa fundamental “NO SOMOS ISLAS”, nos necesitamos todos y
todos cumpliendo con nuestra misión particular, podemos hacer grandes cosas, como dice la publicidad
institucional, “HASTA PARAR LA EXTENSIÓN DEL VIRUS” que nos trae a maltraer. ¿Si
esto ha servido, para saber que solos no llegamos a ningún sitio?, algo
positivo habremos conseguido, con tanto sufrimiento colectivo.
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