Trastorno límite de la personalidad


Es una enfermedad mental por la cual una persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas e inestables. Estas experiencias interiores los llevan a menudo a tener acciones impulsivas y relaciones caóticas con otras personas.

Las personas que padecen esta enfermedad, tienden a sufrir frecuentes y severos estados de tensión aversiva (antipatía o repugnancia por algo) de larga duración a menudo desencadenados por un rechazo perceptivo solamente o bien por fallos en la percepción. Pueden mostrar labilidad (alteración en las manifestaciones de la afectividad).

Son de destacar los trastornos de la impulsividad. Las personas que padecen este trastorno, pueden y suelen comportarse de una manera impulsiva como una manera de aliviar su angustia. Algunos ejemplos de este tipo de comportamiento, son la conducción temeraria, abuso de juegos de azar, gastos imprudentes y sin sentido, atracones y orgias alcohólicas, abuso de todo tipo de drogas.

Otros síntomas detectables, importantes son: Miedo al abandono, pueden sentir intensa ansiedad, el miedo o la ira ante la idea de quedarse solos y abandonados, incluso cuando no hay motivo real para ello. Inseguridad y dificultades en sus relaciones sociales. Sus reacciones se pueden ver afectadas por un aislamiento social autodestructivo, compulsivo, irritabilidad. En su estado de ánimo se encuentran síntomas de altibajos emocionales, ansiedad, culpa, descontento general, enfado, soledad o tristeza. Los síntomas psicológicos se caracterizan por depresión, imagen negativa de sí mismo, megalomanía o narcisismo.








Dejemos hablar, a una joven afectada “...tengo 13 años y estoy encerrada en un cuarto de baño de dos por dos mientras en el resto  de la casa sólo oigo gritos y el ruido de sillas rotas. Ahora me siento cobarde aunque siempre me había creído muy valiente. Acabo de terminar de arreglarme el pelo recogido, pero me viene el impulso de coger unas tijeras y en varios cortes acabo con él. Después me sigo haciendo compulsivamente cortes en las piernas. No lo entiendo, este dolor no lo sé definir, mí tampoco entiende. Además, recibo unos cuantos bofetones por estropear mi precioso pelo, estropear mi precioso vestido y el precioso día que se presentaba...” Su estado anímico lo refiere perfectamente en estas frases.

Complicadísimo trastorno, suma de muchos otros, de dificilísima solución. Es muy difícil de diagnosticar,  y en muchos casos, desarrollan una grave tendencia suicida terminando con su vida.

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