Los corona por las carreteras
Hay
por parte de los humanos, un placer morboso desobedeciendo las recomendaciones que
se le hacen en nombre del interés general y bienestar del resto de los
ciudadanos. Pero cuando este placer está en contra de la vida y seguridad de los demás, estas
acciones entran de lleno en el ámbito del Código Penal y como tal, la autoridad está obligada a
castigarlas.
Estamos
entrando en la primavera y esta es siempre una tentación para abandonar el
rompe nervios que es la gran ciudad, el buen tiempo y una luz y ambiente acariciante,
invita a la huida de la urbe congestionada.
Estamos
padeciendo un acontecimiento único, de alcance mundial que está perturbando y
poniendo en peligro la vida de todos. La pandemia (epidemia de extensión
mundial) del CORONAVIRUS-COVID19, está asolando por todas partes, produciendo
enormes daños tanto personales (muertes) como materiales en todos los lugares
donde toca.
El
remedio para evitar la proliferación del virus causante y parar la extensión de
la enfermedad, consiste en confinar a la posible población portadora en su residencia habitual,
sin permitirle movimientos, durante los 14 días, periodo que se supone tarda la
incubación del virus.
Estos
fines de semana, desde la promulgación del estado de alarma, han sido de un
constante fluir de personas desde las grandes ciudades de nuestro país,
buscando las segundas residencias en el campo o en las playas, lejos del temido
bichito, al que pensaban despistar de esta manera tan poco solidaria.
El
traslado (prohibido por las autoridades), a otro punto del domicilio habitual,
supone un medio inmejorable para extender la epidemia. Nosotros, si somos
posibles portadores, por donde pasemos
vamos dejando un reguero de virus, favoreciendo así su rapidísima propagación
con el consiguiente aumento exponencial del número de afectados.
Nuestros
conciudadanos deben pensar, que el parón que ha sufrido el país, con el cierre
temporal masivo de empresas, millones de asalariados en paro (ERTE) a los que
hay que ayudar entre todos (impuestos), no son vacaciones pagadas. Hay que
procurar que dure lo menos posible, venciendo a la epidemia (AISLAMIENTO Y
LIMPIEZA), y a los no solidarios, EL PESO IMPLACABLE DE LA LEY, sobre ellos.
Con esto, tenemos que conseguir que los CORONAVIRUS-COVID19, no se trasladen
cómodamente a todos los sitios, en nuestros automóviles.
Comentarios
Publicar un comentario