Lo que mejor de Garcilaso- 4


Maravilloso soneto, al amor perdido, desesperanzado, se apodera del corazón del amante que lo idealiza, aunque el paso del tiempo lo difumina idealizándolo. El tema puede leerse, por lo demás, como emblema, del tan renacentista  sufrimiento amoroso, bien como canto lirico del poeta.



A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían:

de áspera corteza se cubrían
de tiernos miembros que aun bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacia
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!

Del relato mítico acerca de Apolo y Dafne, el poeta selecciona el momento de la transformación de la ninfa en laurel, lo que le permite dar una espléndida muestra de la calidad plástica  que llegaron a alcanzar sus versos en su etapa napolitana.


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