La ciudad con niebla marrón
Los
distintos avatares meteorológicos, que está sufriendo la ciudad de Madrid, hace
que está presente casi diariamente un aspecto diferente a los ojos de sus
habitantes, siempre estupefactos ante estas situaciones sorpresivas, tan
frecuentes por otra parte.
La
contaminación atmosférica, siempre
presente en el ambiente de la ciudad (que gran contradicción, a pesar de
la Conferencia sobre el cambio climático), se mezcla con las nubes que tanto
abundan últimamente, consiguiendo una luz espectral sobre la misma, que los más
modernos artistas de las más modernas escuelas pictóricas quisieran lograr para
sus cuadros y producciones más recientes.
Esa
mezcla heterogénea, de nubes, contaminación y la luz tamizada por esta, digamos
boina especial, que nos cubre constantemente,
que junto a unas espesas nieblas, que desde hace unos días viene a añadir
una como mano de pintura marrón claro, que hace de la urbe, como los exteriores
de “una película de Tim Burton”.
Sales
a la calle con esta situación ambiental especial, y te encuentras sobre todo
con un mal humor generalizado, más agudo que otros días, que aflora al rostro
de las personas que atropelladamente a esas primeras horas del día, se dirigen
bien a su puesto de trabajo, o a una
cita a estas primeras horas del día.
Las
toses, estornudos, alergias y picores están a la orden del día, la basura
ambiental que pulula en el ambiente, ataca a los vecinos de la gran ciudad de
esta manera insidiosa. El tráfico rodado mañanero, es un verdadero caos, miles
de coches se rebullen en un espacio escaso de calzada, tratando de avanzar
centímetro a centímetro, para lograr llegar a su destino, que suele ser el
laboral, en el menor tiempo posible. Los pequeños roces, fruto casi obligado de
una circulación tan densa, dan lugar escenas cargadas de rabia, impotencia y
dramatismo momentáneo, que normalmente terminan diluyéndose como un terrón de
azúcar, en un vaso de agua.
Va
aclarando el neblinoso día y parece que se aproximan atisbos de paz ciudadana.
Algún rayito de Sol, parece queres perforar la neblinosa boina que nos cubre y
eso parece ser un bálsamo, para el agobiado ciudadano, que solo espera, que
mañana no sea más complicado que hoy o por lo menos lo mismo. Hecho un último vistazo
a la niebla no densa ya, gris-marrón que me rodea y sigo mi interrumpido
camino.
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