Historia de dos pintoras (1)
Como
uno de los últimos fastos a celebrar, para festejar el CC aniversario de su
fundación, El Museo del Prado presenta una exposición dedicada a dos pioneras de
la historia de la pintura que vivieron en el siglo XVI: SOFONISBA ANGUISSOLA
(h.1535-Palermo 1625) y LAVINIA FONTANA (Bolonia, 1552-Roma, 1614).
Representan
dos modelos diferentes de pintora, cuyas personalidades, reconocimiento y
trayectorias fueron decisivas para abrir nuevos caminos a las mujeres que
vendrían después. Ambas rompieron con
los estereotipos sociales asignados a las mujeres en relación con la práctica artística,
en la que imperaba un arraigado escepticismo sobre sus capacidades.
Las
dos nacieron en Italia, escenario privilegiado del arte realizado por mujeres,
y ámbito además donde a lo largo del siglo XVI hubo un notable interés por
dignificar y educar a la mujer más alla de los conventos, donde desde la Edad
Media residía la formación cultural y el desarrollo artístico femenino.
Además,
muchas mujeres habían formado parte (y lo siguieron haciendo) de talleres
familiares: hijas o esposas de artistas y artesanos que trabajaron de manera anónima
en tareas diversas, pero sin significarse o tener la menor visibilidad.
Franquear el espacio domestico para desarrollar una carrera profesional iba
contra el decoro y la respetabilidad de las mujeres.
SOFONISBA
ANGUISSOLA fue la primera que hizo de la práctica artística una actividad reconocida
y honorable. Perteneció a una familia numerosa de origen noble cuyo padre,
Amilcare Anguissola (h.1494-1573), promovió y arropó la formación artística de
sus seis hijas como parte de la educación humanística que se consideraba
adecuada para las futuras damas. SOFONISBA practicó sobre todo el retrato,
alcanzando una fama que, gracias a sus orígenes
aristocráticos y a su aureola de mujer virtuosa, propició su llegada a
la poderosa corte española, donde fue dama y profesora de pintura de la reina Isabel
de Valois, tercera esposa de Felipe II.
El
cargo restó protagonismo a su condición de pintora, aunque realizó efigies
siguiendo las convenciones del retrato cortesano español. A su regreso a Italia
en 1573, vivió una larga vida en la que su carrera .pictórica se fue
desdibujando, y se centró sobre todo en obras religiosas de pequeño formato. Su
personalidad sin embargo se alzaba ya
como un mito, una referencia femenina....
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