Comidas navideñas
Finalizando
el año, sería lógico y necesario que el equipo humano de una empresa, se reuniera
a todos los niveles para estudiar conjuntamente como ha transcurrido el año que
termina, marcar objetivos futuros y medios para alcanzarlos.
En
vez de recurrir a reuniones a pie obra, se tratar de deliberar sobre esa temática,
en un ambiente agradable, como hacen nuestros compatriotas cuando tratan sobre
cualquier asunto, comiendo y bebiendo.. Estas comidas que deberían ser de
trabajo, se convierten en esta época, en comidas navideñas de empresa, porque
también se piensa, que estos actos hacen “grupo”.
Para
mí, estas comidas (reuniones multitudinarias de compañeros), lo que son de manifestación
y actuaciones tendentes al peloteo y postureo indiscriminado, hacia todo aquel
que representa algo en el organigrama de la empresa, entre la broma y la ironía
de los compañeros asistentes al ágape.
Es
curiosísimo ver, como en una mesa de un
restaurante, los asistentes, adoptan las posiciones que normalmente tienen en
su normal puesto de trabajo, y se miran unos a otros, como pensando unos y otros
en los respectivos puestos del escalafón social al que pertenecen y que como
tal tienen que comportarse, sino quieren llamar la atención, al alto personal directivo
y resto de compañeros asistentes al acto.
Debemos
tener muy claro, que las personas con las que trabajamos, son únicamente
“compañeros”, no amigos, salvo excepciones. Los amigos los hacemos nosotros,
bien fuera o dentro del puesto de trabajo, y se basa en reconocer a los demás y
ser reconocido por los demás como sujetos de una relación mutua gratificante y
enriquecedora.
Empieza
el ágape, previo un pequeño problema de protocolo, ¿Quién se sienta con quién?,
hay que tener en cuenta envidias, rencores personales, malos quereres...todo va
transcurriendo si no plácidamente, si normalmente. Pero tenemos un enemigo
encubierto, los buenos vinos que suelen tomarse en este tipo de ágapes, el
alcohol suelta la lengua de una manera tremenda y desinhibe a los tímidos,
provocando en estas reuniones, situaciones que van desde el humor más gracioso
y corrosivo hasta situaciones que pueden rozar el esperpento y casi el drama.
Es
el momento de ir iniciando una estratégica retirada del local. Se va FELICITANDO
LAS FIESTAS a los más o menos serenos comensales y desaparecemos, evitando así
los momentos desagradables, que con mucho alcohol encima y la lengua suelta, se da en estas comidas navideñas
¡¡¡LA EXCEPCIÓN EN ESTE CASO CONFIRMA LA REGLA!!!
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