WhatsApp y cierra España

Es curiosísimo lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el campo de la comunicación telefónica interpersonal. Si colocamos la invención del teléfono en la segunda mitad del siglo XIX,  es a partir de ese momento cuando la comunicación entre personas comienza a hacerse más directa y más íntima. Para comunicar  al otro cualquier acontecimiento que nos atañía llamábamos por teléfono, esta llamada tenía su aquel, porque o bien lo hacíamos desde casa aunque al principio, existían muy pocos aparatos en los domicilios particulares o teníamos que ir a una dependencia de la Compañía suministradora del servicio a pedir una conferencia que era un aviso que le mandaban a nuestro interlocutor, de que a determinada hora íbamos a estar en la dependencia telefónica, porque queríamos hablar con él, que también tenía que desplazarse con hora para hablar con nosotros.
El receptor telefónico, con el paso del tiempo se va popularizando con lo ya va apareciendo en domicilios particulares y en todo tipo de negocios y centros públicos. Evitamos las conferencias y la comunicación se hace más rápida y fluida de esa manera. Siguen pasando los años y el teléfono, cada vez se hace más pequeño y autónomo ¡¡¡ se puede llevar encima!!! ¡¡¡Qué maravilla!!! ¡¡¡Se puede hablar siempre!!! ¡¡¡Que gozo!!!
El aparatito sigue creciendo, ¡¡¡¡va y se hace inteligente!!! . Se puede mandar a través de él mensajitos, notitas, avisitos, fotitos y tonterías de toda índole. ¡¡¡Ha nacido el WhatsApp!!! Ya tenemos un nuevo ídolo al que adorar y pienso  yo ¿esto no incidirá en una menor y más empobrecida comunicación interpersonal? ¿No resultaremos pesados al otro? ¡¡¡Todo el día estamos encima de él, bien con la voz o con mensajes, o con la sujeción que suponen grupos y chat!!!.....¿Porque no hacemos por ver de manera plena al otro y disfrutamos del otro plenamente?
¡¡¡ Aprovechemos las ventajas del invento!!! Y no caigamos en sus garras adictivas haciéndonos dependientes de otro idolillo. El móvil y el WhatsApp no pueden ser una bandera para coartar nuestra libertad, sino al contrario, aumentarla.


Que nuestro grito vital de guerra no sea, “WhatsApp y cierra España” sino ¡¡¡Viva la libertad!!!


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