Grandes regiones vinícolas españolas: La Ribeira Sacra (y 2)

La inquietud mostrada por los promotores se puede ver eclipsada, en un futuro no muy lejano, ante la falta de continuidad en una buena parte de los viñedos más pintorescos y a la vez más difíciles de cultivar.

Con una clara vocación hacia las variedades autóctonas, las cepas autorizadas son las tintas: Mencía, Brancellao y Merenzao como principales y Mouraton y Garnacha Tintorera como complementarias. Las blancas: Godello, Doña Blanca, Albariño, Loureira, Treixadura y Torrontés como principales, y la complementaria Palomino.

A pesar de las distintas variedades amparadas por la Denominación, hoy por hoy, dos vinos monovarietales, el tinto de Mencía y el blanco de Godello, se reparten el protagonismo en la zona. Los tintos de Mencía, son ligeros, frescos, muy aromáticos y hacen gala de un marcado acento varietal. Por su parte, los blancos de Godello son finos y poseen una gran frescura y en algunos casos presentan sensaciones vegetales que empequeñecen el carácter frutal del vino; el equilibrio entre alcohol y acidez es excelente.

Es de destacar el buen nivel de elaboración que distingue a esta D.O, siendo difícil encontrar algún vino deficiente. También hay que tener en cuenta que de los alrededor de 11 millones de kilogramos de uva que produce la región solo alrededor de 3 millones están amparados por el Consejo Regulador.


Hoy parece asistirse a un renacer de estos vinos: se han creado nuevas bodegas muy bien equipadas, están actuando competentísimos enólogos que están elevando muchísimo la calidad de estos vinos. Se ha iniciado una creciente exportación de estos  caldos con lo mejorara sensiblemente su rentabilidad y penetración en el mercado.



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