Frio, frio y frio


Tanto pedir frio en Madrid, parece que ha sido un ruego atendido. Desde el pasado sábado sopla sobre la Villa del Oso y el Madroño, un viento helador que tiene ateridos a sus habitantes, que como estábamos en los meses de invierno, han usado sus gruesas prendas de abrigo, sin necesidad, pues viven con el calendario del que a estos efectos es poco  fiable.

El frio en Madrid, es imprevisible sopla por una esquina, se pasea por una intricada callejuela y en cuanto llega a espacios más amplios parece asustarse recula y se vuelve al dédalo de callejitas a ver si pesca a algún incauto al que clavar su fino estilete helado y producirle algún grave problema respiratorio. “EL AIRE DE MADRID, NO APAGA UNA VELA, PERO CON SU FINA DAGA PUEDE MATAR A UN HOMBRE”.

Los helados madrileños, parecen circular sin rumbo como auténticos pollos sin cabeza. Van nerviosos, encorvados, parece que caminan sin  rumbo, el frio no azuza, abotarga los sentidos de los vecinos. La circulación rodada se hace más densa que nunca, la gente no sabe conducir con frio.

La alimentación en  estos días fríos, se refuerza ingiriendo los llamados “platos de cuchara”, de gran poder energético  y  calorífico cuya digestión en ciertos estómagos produce gases, que lógicamente hay que expeler o expulsar...En estos días fríos, esto se nota en las aglomeraciones públicas (trabajo, transporte, reuniones...), donde a veces inopinadamente, suelen olerse aromas muy característico de la mala digestión por parte del aparato digestivo de algunas personas, de este tipo de comidas de fuerte contenido energético-calórico (legumbres, verduras, etc...).

Es de sentir en estos días fríos, que estamos viviendo la temperatura de ciertas entidades (sanitarias, oficiales...) y casas particulares, que tenemos que aguantar, en aras a no  acatarrarnos según nos cuentan, cuando tímidamente protestamos, es totalmente infernal. Está demostrado que la proliferación de procesos gripales y respiratorios es principalmente debido a la diferencia brutal de temperaturas entre las viviendas y locales con la calle que necesariamente hay que sufrir. Por lo que ni la calefacción agobiante y el vestuario esquimal, no sirven para gran cosa para evitarlo.




¡¡¡MARID SIGUE  TIRITANDO, ¿HASTA CUANDO?...NO HAGAMOS TONTERIAS INNECESARIAS...

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