Resumen sucinto de unas vacaciones (1)
Fuerteventura,
la isla tranquila
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Clima en
las islas, fantástico. Temperatura media sobre 25ºC, cielo azul purísimo y
carencia total de lluvias (durante mi estancia en las mismas).
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HOTEL
MELIA FUERTEVENTURA, hotel que a pesar de sus cuatro estrellas y maravillosa
ubicación en Barlovento, Playa de la
Barca (increíble lugar), tiene unas instalaciones obsoletas, ah y un
magnifico jardín tropical, con cientos de palmeras y vistosas flores
(buganvilias, adelfas, Sterlizias...). Muy buena cocina. Personal atentísimo.
Durante mi estancia, surgieron de las lagunillas próximas una plaga de moscas
comunes, que me hicieron muy difícil mi descanso y el del resto de los clientes
de dicho establecimiento hotelero. Los ejecutivos del mismo, no supieron
responder con presteza y eficacia a este imprevisto, que según me informé, no
era la primera vez que se presentaba.
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PARQUE
NATURAL DE LAS DUNAS DE CORRALEJO, increíble y fantástico lugar, creando al pie
de las mismas, blanquísimas y kilométricas playas de tipología caribeña.¿ Para
que hacer un viaje aéreo de más diez horas, teniendo estas maravillas casi a la
puerta de casa?, y con interesantes aditamentos complementarios (gastronomía,
cultura, paisajes...) para ampliar el entretenimiento vacacional.
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UN
RESTAURANTE: “Gregorio el pescador”. Maravilloso establecimiento gastronómico,
sito en Corralejo-La Oliva. Especialidad en pescados y mariscos de la isla,
recién salidos del mar. Nuestro menú: lapas (fresquísimas), extraordinario
queso frito majorero (excelente sabor y fritura). Sama a la espalda, cocinada
para resaltar sus sabores naturales y hacer las delicias del comensal,
acompañada de papas arrugadas y unos buenos mojos rojo y verde, ¡¡¡¡UNA
DELICIA!!!. Todo acompañado de un excelente BERMEJO, seco (Malvasía volcánica
de Lanzarote). Postres caseros de verdad. A destacar el bienmesabe, maravilloso
cierre de una memorable comida. Para hacer bien la digestión, nada mejor que
tomar un dos leches (leche condensada, café, ron y leche natural), y todo esto a precios normales (increíble, en
estos tiempos).
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Todo esto
que describo produce un efecto inmediato en el viajero, el deseo de volver lo
antes posible a disfrutar otra vez más de todo esto que la isla (MAXORATA, en
guanche), ofrece a sus visitantes.
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