Miradas afines (1)


Recibe este justísimo nombre, la Exposición inaugurada en el Prado, el pasado 25 de junio, hasta el 29 de septiembre, una más para festejar el 200 aniversario de la fundación del Museo.

Algunos de los pintores más extraordinarios que trabajaron en Europa en el siglo XVII fueron españoles y holandeses. En esta exposición se muestran obras principales de muchos de ellos: Rembrandt, Vermeer, Frans Hals, Jan Steen, Ter Borch, Gabriël Metsu, y Carel Fabritius, entre otros artistas holandeses; el Greco, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo y van der Hamen, entre otros españoles, hasta llegar a un total de setenta y dos obras expuestas.

Los préstamos han sido posibles gracias a acuerdos de colaboración con multitud de museos de todo el mundo, poseedores de obras de estos artistas, destacando el firmado entre el Museo del Prado y el Rijksmuseum de Ámsterdam, por la importancia de los intercambios acordados.

Además de destacar a los artistas citados, este proyecto pretende llamar la atención sobre dos cuestiones relacionadas entre sí: la sorprendente similitud que existe en el trabajo de muchos de ellos y la poca atención que esa similitud ha recibido en la historiografía artística, tradicionalmente más interesada en lo que separa a los maestros de las distintas naciones europeas que en lo que les une. El estudio comparativo del arte español y holandés es especialmente revelador de este prejuicio.




Durante siglos los estudiosos han considerado a ambas naciones como contrapuestas debido a la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648), que condujo finalmente a la independencia de los Países Bajos (el país al que pertenecía la provincia de Holanda, y de donde procedía lo que comúnmente llamamos “pintura holandesa”) del resto de la Monarquía Española en el siglo XVII. Esta diferencia, afirmaban, se manifestó con especial claridad en el arte...

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