Último poema del capitán de caballería y espía FRANCISCO ALDANA
Parece que el destino avisa, a
nuestro intrépido capitán que 1578-Alcazarquivir, está cerca (lugar y fecha de
su muerte), hay que recoger el equipaje y esperar el perdón de malas acciones. ¡¡¡Tanto
trabajo mundano, en vano...
El “divino Aldana”, piensa,
medita, espera...necesita descansar...
“ Reconocimiento de la vanidad del mundo”
En
fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras
tanto variar vida y destino,
tras tanto, de uno en otro desatino,
pensar
todo apretar, nada cogiendo;
tras
tanto acá y allá yendo y viniendo
cual
sin aliento inútil peregrino;
¡ oh
Dios ¡ , tras tanto error del buen camino,
yo mismo
de mi mal ministro siendo,
hallo,
en fin, que ser muerto en la memoria
del
mundo es lo mejor que en él se asconde,
pues
es la paga dél muerte y olvido,
y en
un rincón vivir con la vitoria
de sí,
puesto el querer tan solo adonde
es
premio el mismo Dios de lo servido.
La inquietud vital del poeta
encuentra ahora consuelo y respuesta en principios estoico-cristianos similares
a los que por esos años formulaba fray
Luis de León: el retiro del mundo, la victoria de sí mismo y la búsqueda de
Dios. Pero la expresión tiene aquí un tono decididamente más próximo a la lengua coloquial. Se aproximan las
tempestades barrocas.
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