Síndrome de La Cabaña


Confinar, es para nosotros un extraño verbo castellano poco usado, que según el D.R.A.E, significa; desterrar a alguien, señalándole una residencia obligatoria. // Recluir algo o alguien, dentro de unos límites.

El referirnos a esta palabra y su significado, es para destacar el comportamiento psicológico que hemos tenido y tenemos ante la cuarentena impuesta por motivos sanitarios (brote pandémico del Covid- 19). En términos generales, nuestros conciudadanos lo han aceptado en general con resignación, temor al virus y paciencia, mucha paciencia, pensando de esta manera, estar más defendido del virus invasor, pensando de todas las maneras que se les ha cortado su libertad de acción, a pesar de las razones aducidas por las autoridades competentes en la materia.

El imponer estas medidas de confinación de manera tan sorpresiva, rígida y “manu militari”, ha despertado recelos y opiniones encontradas tanto en círculos científicos, políticos y populares, nacionales como extranjeros, que han puesto en duda su valía, cosa sobre la que escribiré otro día.

La morbilidad y mortalidad del “bichito” con el paso del tiempo, parece que ha permitido comenzar la operación inversa a “Confinar” “Desescalar” (vaya palabreja, aunque viene en el D.R.A.E), o sea permitir a las personas confinadas volver a usar de sus libertades constitucionales con algunas limitaciones impuestas por la evolución de la enfermedad. El contento es general entre todas las personas confinadas, acabo el encierro.

Hay sin embargo, personas que tienen miedo a salir a la calle, se encuentran más seguras encerradas y ponen todo tipo de impedimentos a su salida. Es lo que los psicólogos conocen como SINDROME DE LA CABAÑA. Unos no lo consideran trastorno de conducta, sino una simple deshabituación del ritmo diario de vida. Se cura forzando la salida durante algunos días. Otros piensan en ligeros trastornos agorafobicos (temor a los espacios abiertos), de fácil cura psicoterápica. Producen gran nerviosismo en quienes los padecen.



Otras preocupaciones de estas personas, se centran en si sabrán adaptarse al mundo exterior que dejaron antes de la confinación y que ha cambiado con la enfermedad. Piensan en los cambios habidos. Fallecimientos de conocidos, temor a padecer la enfermedad, nuevos métodos de trabajo (teletrabajo), inestabilidad en el empleo....  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Segovia es asado, el asado es Segovia.

Tempus fugit

Saber retirarse a tiempo