Con ojos de niño

 


Mirar el mundo con ojos de niño es una elección expresiva científica. Una elección de vida que han compartido Francesco Tonnucci y su alter ego Frato.

Frato nació en 1968 y a lo largo de este último más de medio siglo ha ido acompañando con sus viñetas de trazo rápido y mordaz, la historia de la educación italiana, española y en general, del mundo occidental. Ha ido guiando a niños y niñas en su difícil tarea de crecer al lado de adultos que a menudo, no los entienden, no los escuchan, los engañan o pretenden malcriarlos.


El lápiz de Frato asesta golpes certeros, hiere, sí, pero también sana. Por debajo de la sátira, a menudo corrosiva, se percibe el amor por la escuela, por la educación y especialmente por los niños, que son quienes guían el trazo de su mano. De ahí, que, a lo largo de estos años, estas viñetas hayan estado tan presentes en las publicaciones, en los, manifiestos y en los opúsculos de los movimientos europeos de renovación pedagógica o de protesta educativa. De ahí que muchos profesores de todos los grados de la docencia y formación, las utilicen para ilustrar y completar sus clases, para sintetizar algunos conceptos o para resumir una idea.


Pero para mi entender, su mayor éxito ha sido sin duda haber conseguido entrar en un mundo difícil y que, por su naturaleza, es sumamente hostil a la sátira: la escuela. Las grandes instituciones como el ejército, las religiones o la escuela, no suelen de buen grado soportar la presencia mordaz y a menudo ofensiva de la sátira. Frato, ha conseguido entrar en este mundo para defender a los niños que, normalmente, no tienen voz ni voto para denunciar los errores educativos y no solo de los pobres maestros tradicionales sino también de los progresistas, para quienes ha trabajado toda la vida. Si, consiguió entrar y ha sido reconocido y aceptado. Sus tiras cómicas han sido a menudo utilizadas para denunciar unas situaciones, para apoyar a otras y para formar.


Incluso las han utilizado para hacer exámenes y plantear cuestiones a quienes se examinaban. Han creado divisiones y emociones. Algunos se han enfadado y ofendido; otros, en cambio se han conmovido; los más, han reflexionado y se han visto reflejados en ellas.

Toda su obra esta reflejada en “la Ciudad de los niños, planteamientos infantiles en el nuevo urbanismo, que viene”


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