Atardecer en una playa


Estoy mirando al mar desde la playa observando la grandiosidad del panorama, es como si se observara una pantalla inmensa, que refleja una escena deslumbrante. Luz, muchísima luz, un cielo azul, irregularmente cruzado por bandas de nubes de diversos colores (blancas, grises, negras...), que hacen que el firmamento parezca un tejido azul con dibujos de diseño vanguardista. Ante este espectáculo, uno se siente pequeño, metido como esta en esa inmensidad de agua, arena, cielo y colores.

Se están aproximando las últimas horas del día, el atardecer, el embrujo es total. Me siento tan metido en este ambiente, que no oigo lo que me rodea, estoy ausente, para mi nada en este momento inenarrable existe. Dios, yo y el mar.
En el horizonte, aparece triunfante, jadeante y majestuoso, el Sol, por la carrera que se ha dado, desde el orto al ocaso del día, iluminando a la vida y las conciencias.

Se divisa en la lejanía, el lugar de descanso del astro-rey, que protegido por la negrura de la noche que se aproxima, esperara proseguir su tarea eterna la mañana siguiente, de iluminar y calentar la vida en la tierra.

Las nubes que acompañan al Sol, en su camino, van adquiriendo muy diversas y fantásticas formas, que vienen a ser como proyecciones sobre el cielo-pantalla de cosas increíbles que nos preocupan. Animales monstruosos, diversas formas extrañísimas incalificables, fuegos mágicos, habitáculos delirantes... la imaginación va bautizando así, las nubes que acompañan al Sol, camino de su ocaso.

El tiempo pasa, el astro va descendiendo por el horizonte, empequeñeciéndose hasta convertirse en apenas una línea, que termina por desaparecer completamente en las negruras de la noche, dejando una extraña sensación de paz-desasosiego, en nuestros espíritus espectadores de la maravilla.

Es de noche ya, salgo deslumbrado del ensueño que acabo de vivir. Los ruidos de la gente, vehículos...vuelven otra vez a posesionarse de mi cerebro, es decir vuelvo a la normalidad de la existencia material. ¡¡¡QUE PENA!!!.




Pero gracias a este espectáculo solar, he podido soñar y evadirme de la monotonía diaria, un rato. ¡¡¡ Me siento reconfortado!!!

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