Uva Parellada
Hoy
y después de una larguísima historia, la Parellada extiende su dominio
en la provincia de Tarragona, en las
actuales Denominaciones de Conca de Barbera y Camp de Tarragona, así como las
vertientes de la sierra interior, en
los viñedos más altos y frescos del Penedés, donde es la última variedad blanca
en madurar. Se siente a sus anchas en las tierras bastante sueltas y llega a
mostrar todas sus virtudes cultivada entre los 300 y 600 m de altitud.
Esta
cepa, de porte horizontal, de hoja grande verde oscuro y envés arañoso y cuya
uva se une formando racimos de aspecto compacto, tiene unos altos rendimientos
que oscilan entre los 5,1 y 5,6 Kg por cepa y se caracteriza por dar vinos de
escasa longevidad.
Quizá
le falta algo de aroma, pero presenta un buen índice de
acidez que puede llegar a alcanzar los 9
g/l, y se la ha considerado tradicionalmente de las tres variedades clásicas
que obran el nacimiento del cava, las otras dos son Macabeo y la Xarel.lo.
Si
vinificada por separado da vino de poco grado (entre 9 y 11), como es el caso de los
Parellada de la Conca de Barbera (ligeros, diáfanos, de tono pálido y gran
finura), mezclada con otras variedades actúa como un adecuado complemento para
armonizar el cupaje.
En
el
cava, contrarresta el vigor excesivo de la
Xarel.lo y aporta gracia, elegancia y
suavidad, además de un sutil aroma floral. Los blancos del Camp de
Tarragona, en los que se repite la
mezcla de las tres variedades clásicas catalanas, resultan algo menos ácidos que
los del Penedés y son también
probablemente más suaves. Como contraste, los de Conca de Barberá, elaborados a base de Parellada y
Macabeo, presentan un aroma meloso que
da cierta sensación de corporeidad y consistencia.
A
la
Parellada, también la podemos encontrar
junto a la Sumoll y a la Monastrell
en los espumosos rosados de Sant Sadurni d´Anoia.
Pero quizá una de las
experiencias más interesantes sea la mezcla con la Chardonnay o Souvignon
Blanc-.
Comentarios
Publicar un comentario