Desnuda a la mujer de la mayor parte ajena que la compone
Si no
duerme su cara con Filena
ni con
sus dientes come, y su vestido
las
tres partes le hurta a su marido
y la
cuarta el afeite le cercena;
si
entera con él come y con él cena,
más
debajo de lecho mal cumplido,
todo
su bulto esconde reducido
a
chapinzanco y moño por almena,
¿por
qué te espantas, Fabio, que, abrazado
a su
mujer, la busque y la pregone,
si,
desnuda, se halla descasado?
Si
cuentas por mujer lo que compone
a la
mujer, no acuestes a tu lado
la
mujer, sino el fardo que se pone.
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