Un aspecto poco conocido de Quevedo

 

 

Don Francisco de Quevedo y Villegas, es uno de los grandes personajes literarios del Parnaso español de todos los tiempos. Novelista, poeta (satírico, amoroso, religioso, etc.).Su poesía amorosa, parece para algunos, menor, pero es sublime. De diversos aspectos de la obra (prosa y poesía) de Quevedo, he tratado a lo largo de mi ya prolongada vida bloguera, cosa que espero seguir haciéndolo, ¡¡¡ES GENIAL!!!

 


En las ondas de los cabellos de Lisi

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Afectos varios de su corazón fluctuando

en las ondas de los cabellos de Lisi.

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En crespa tempestad del oro undoso,

nada golfos de luz ardiente y pura

mi corazón, sediento de hermosura,

si el cabello deslazas generos0.


 

Leandro, en un mar de fuego proceloso,

su amor ostenta, su vivir apura;

Ícaro, en senda de oro mal segura,

arde sus alas por morir glorioso.

 


Con pretensión de fénix encendidas

sus esperanzas,  que difuntas lloro,

Intenta que su muerte engendre vidas.

 


Avaro, rico y pobre, en el tesoro,

el castigo y el hambre imita a Midas,

                               Tántalo en fugitiva fuente de oro.

                                              


En su poesía amorosa, que tiene como núcleo el cancionero dedicado a Lisi, Quevedo es el último cronológicamente hablando de los grandes petrarquistas de nuestra lirica áurea. El presente soneto es una variante de  los que tratan del retrato de la dama, ya que el poeta centra su atención exclusivamente en los cabellos y en los efectos que su contemplación causa en el amante. Quevedo recurre a la tópica comparación de la cabellera con el mar (de oro líquido) y convierte al corazón en la barquilla que va a la deriva por él. La insatisfacción del amante por su pasión no correspondida se explica mediante la mención de varios personajes mitológicos protagonistas de frustradas historias de amor.

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