¿Dónde están los madrileños?

 

Cualquier día de este caluroso agosto salir en Madrid a la calle, te sientes apabullado y un tanto sorprendido, no hay nadie en la calle, los naturales y foráneos de la ciudad, salvo una pequeñísima parte, el resto han huido.

¿Dónde están mis convecinos, me pregunto? Todas o casi todas la tiendas  y establecimientos públicos están cerrados a cal y canto, unos por ser de siempre agosto, un mes vacacional por antonomasia y otros por problemas comerciales (ERTES, HORARIOS REDUCIDOS...). Bien esta tomar medidas profilácticas para luchar contra el famoso COVID, pero estas lógicas y coherentes. ¿Es lógico y coherente, cerrar los establecimientos de hostelería y diversión, en estas calurosas noches agosteñas a la 1.00 AM?, ¿Es que el virus sale a esas horas a hacer la ronda y cazar víctimas? Madrid a partir de la hora de cierre de los establecimientos nocturnos, se convierte en una ciudad espectral y miedosa. ¿Morirá el COVID de miedo? ¡¡¡QUE GRAN DESCUBRIMIENTO CIENTIFICO ESPAÑOL!!!

Esto ha obligado a muchos establecimientos a cerrar, con el consiguiente quebranto económico y aumento de las listas de parados, muchos trabajadores que venían a Madrid a hacer su agosto, se han visto en la necesidad de volver con las manos vacías, a sus puntos de origen.

Otros ante la imposibilidad de hacer vacaciones fuera del país, se han conformado a la fuerza, a trasladarse a otros lugares patrios o a sus puntos de  origen que les ofrecen más confianza que la ciudad donde viven habitualmente.

Se ha corrido el rumor entre la gente, que cualquier pequeño puebla español es más sano que la capital y  grandes ciudades, a efecto de evitar rebrotes e infecciones  generalizadas. Ha sido correr este bulo y los urbanicolas como un rayo se han puesto en camino, tratando de encontrar ese “sangri-la” prometido, para ponerse a salvo. ¿No será, a lo mejor, estos acontecimientos que actualmente nos preocupan y angustian el comienzo del resurgimiento de la España vacía...?

Los días pasan, los urbanitas tienen que volver a su lugar de residencia la odiada-amada urbe, que los volverá a absorber como una ventosa, les pondrá otra vez enfrente de los problemas que dejaron incrementados por la inactividad de la huida veraniega.

Se reanuda la vida ciudadana, muchísimos problemas, soluciones casi inexistentes.¡¡¡¡QUE DIOS, O ALGUIEN PODEROSISIMO REPARTA SUERTE, LA VAMOS A  NECESITAR EN GRANDES CANTIDADES!!!!

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