Vino Fondillón (y 2)

… Este magnífico vino de postre es único desde el punto de vista entre los de su tipo, quizás el más definido de todos. Tiene una alta graduación, pero a pesar de que llega fácilmente a 15º (y hasta 16º), no tiene alcohol añadido en ninguna fase del proceso: ni añadido al mosto, como los VDN (vino dulce natural) y las mistelas, ni tampoco añadido al vino ya hecho mediante el proceso que se llama fortificado.

Su gradación es natural, pues la consigue de forma física durante su fermentación natural. Esto lo sitúa en el olimpo de los vinos generosos, debido a su riqueza de azucares, consecuencia de su característica varietal y  el clima mediterráneo donde se cultiva. Es además un vino monovarietal, viene de una sola vinífera, y por lo tanto expresa todo el potencial y el valor resultante del vidueño (casta o variedad de la vid), y de su asociación directa con el proceso de envejecimiento. Este largo proceso en grandes barricas puede durar entre 11 y 15 años.









Este vino ha sido criado y envejecido con el sistema de soleras. Su gusto es añejo, a dátil, a frutas maduras, coca de almendras, tabaco de Virginia y abocado. Su bouquet muestra un perfecto equilibrio entre la acidez, el alcohol y el azúcar; es generoso en extremo, noble y sano. Perfecto  para cerrar felizmente una comida, para una  sobremesa placentera, una tertulia rica en humanidad y cultura. Su historia empieza con la del  tinto de Alicante y es como una gran aventura y se inicia gracias a las condiciones dadas por la geografía.

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