Eligiendo sándwiches

Un sándwich, es un emparedado de origen inglés, formado por dos trozos  de pan cortados en forma triangular y conteniendo en medio, los clásicos filetitos ingleses de roast-beef fríos, ¡¡¡ una delicia!!!.

Pasa el tiempo, las modas cambian, sobre todo se va imponiendo el “Low cost”, debido a la carencia y escasez de medios de una gran parte de la población, se imponen nuevas y más baratas formas de alimentación. Alguien recuerda el sándwich e inventa uno más popular, en una palabra más barato. Lógicamente tiene que tener unas limitaciones, sus componentes tienen que ser más baratos, sale así al mercado, el éxito espectacular.

Los nuevos sándwiches, llamémoslos populares, se consumen por millones. Surgen cadenas dedicadas a su venta y consumición, por poco dinero mucha gente se puede meter algo en el estómago, por lo menos con forma y colores atrayentes.

Cerca de mi domicilio hay un establecimiento expendedor de estos sándwiches o emparedados y bebidas para acompañarlos. Es un espectáculo situarte cerca de la enorme vitrina donde hay montones y montones de estos triangulares bocados que dejan ver un  relleno de distinta coloración siguiendo o intentando seguir el del producto que dicen contener: jamón (serrano, jabugo no), vegetal, salchichón, salami, queso y nueces, ¿será verdad?...

Los compradores se acercan a la vitrina y señalan a los vendedores con dedo trémulo el, o los que son de su preferencia. ¡¡¡ Dos de salchichón, tres de salami ¡!! ¿No tienen alguno caliente?, les dan lo pedido y el paquete o bandeja se lo colocan en la parte superior de la vitrina, y algunos no alcanzan, son de corta estatura, los dependientes se empinan por el otro lado empujando el paquete para que el cliente lo recoja, la misma operación para pagar o recibir los cambios correspondientes.

Algunas personas salen con una ligera sonrisa en su cara y enseñando el paquetito, ellos han podido también comprar algo. ¡¡¡ No van tan mal las cosas!!!