Las apariencias se ensañan

“El hábito no hace al monje”, es uno de los muchos refranes con que la sabiduría popular nos indica avalada por la experiencia del pueblo, que no hay que hacer caso, en el primer juicio rápido que hacemos con nuestros ojos de una persona o cosa que aparece en nuestra vida.

Si empezamos por el mundo del Derecho, las pruebas circunstanciales no tienen validez jurídica alguna, por eso, por circunstanciales. No podemos juzgar a una persona por lo que nos parece, tanto por su indumentaria, aspecto físico… Si nos interesa su trato debemos profundizar en su conocimiento y llegar así a una determinación más exacta sobre ella.

Existen y he conocido a algunas personas que por su presencia exterior te daban ganas de echar a correr y eran, son y serán figuras señeras de la vida española: Dalí. Un famoso catedrático de la Complutense, de los máximos conocedores de la pintura española del XVII (cuyo nombre no hace al caso)  gran gestor del Museo Nacional del Prado, hasta hace poco tiempo y multitud de artistas, políticos, deportistas y otros muchos, sobre todos estos podemos decir, que como indico al principio “el hábito no hace al monje” y que “las apariencias se ensañan”…

Voy sobre este asunto a referir una anécdota personal: estando una vez de vacaciones en Las Palmas de Gran Canaria, había amanecido un día precioso, sol y suave brisa. La famosa playa de las Canteras estaba vacía, todo invitaba a sentarse frente al mar a tomar algún refresco y así lo hice. Deje una bolsa de tela que llevaba en bandolera en la silla vacía que tenía al lado me arrellene en la mía, volví la cabeza para ver sí venia el camarero, intento coger algo de la bolsa y ¡¡¡ horror!!!, la bolsa había desaparecido con todo su contenido.

Miro con ansia a uno y otro lado del paseo intentando descubrir algo, no había nadie. Uno piensa que un ladrón tiene que ser joven y ágil, pero no… En cambio no me di cuenta de un grupito de dos o  tres señoras mayores, vestidas de negro que estaban cerca de donde yo me encontraba…









De verdad, que ¡¡¡ las apariencias se ensañan!!! . AH, LA BOLSA Y SU CONTENIDO NO APARECIERON

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