Reclamar o desgañitarse en el desierto
En
la actualidad, nuestra vida es irrealizable sino se apoya en muy diversos
servicios, que tratan de hacerla más cómoda y más fácil, como por ejemplo:
agua, luz, teléfono, internet, televisión…
Se
van pasando los días tranquilamente, pero esta tranquilidad se corta un día, el
servicio tan importante para ti y tu familia se ha estropeado, no funciona o te
llega la factura del importe del mismo y una mueca de terror se dibuja en
tu rostro. ¡¡¡ Imposible, imposible, yo
no he gastado tantísimo !!!. Surge en tu destino, la gran disyuntiva, hay que
reclamar, empieza la particular vía dolorosa, ¿conseguirás que te atiendan?.
Al
principio todo parece fácil, ya tienes el teléfono, y además dice que es
concretamente el de atención al cliente. Marcas los números correspondientes,
feliz, pensando ¡¡¡ mira que fácil !!!, notas el clic de que cogen la llamada
al otro lado y…, estás hablando con una máquina. Aquí empieza una primera
batalla, hacerte entender por el artefacto…después de un auténtico toma y daca,
parece que la máquina se da por vencida y te dice ¡¡¡ le voy a pasar con un comercial!!!,
pero otro problema, lo coge el anunciado comercial, tiene acento sudamericano
(la multinacional, para ahorrar costes, ha puesto el CALL CENTER, en cualquier
país sudamericano de sueldos bajísimos), y aunque habla castellano, no nos
entiende, parece que nuestra reclamación va ir directamente al desierto digital
“LA NUBE”… para que seguir. Pienso yo que esto es una forma muy sofisticada de
tomar el pelo al cliente, aburrirle y que no reclame.
La
lista de sofisticadas maneras que tienen las grandes compañías (salvo honrosas
excepciones), en sus departamentos de atención al cliente, para lograr quitarse
cualquier reclamación de encima, es realmente extraordinaria.
Todavía
en este país, reclamar es sinónimo de volverse loco. ¡¡¡ a ver si cambia
pronto
esto, en beneficio de todos los paganos!!!
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