Señorío de Sarriá

Enclavada en las tierras navarra de Valdizarbe, en el Camino de Santiago, es bodega está rodeada de bosques y de las aguas del rio Arga. N el centro se alza la bodega que la familia Huarte edificó hace casi un siglo, para ilustrar de vinos finos la tradición enológica de los vinos navarros, que durante aquellos años eran bastante discretos.

Es un paisaje de 1.200 Ha, de las que 120 están dedicadas al cultivo de la vid, y situadas en el límite climático de cultivo donde se producen los mejores ejemplos de calidad, aunque no de cantidad.

Dos hileras de olivos flanquean la entrada del Señorío, hasta alcanzar os bosques que rodean el camino que lleva al castillo-palacio de la familia Huarte, con torreones al estilo de los palacetes del Rin.

En Sotés, una de las antiguas tierras de Sarriá, se cultivan cepas de cerca de 100 años de antigüedad que se prolongan hacia la falda de la Sierra del Perdón. Junto a ellas, la bodega rodeada de un porche, parece casi un claustro monacal.

En el viñedo de Sarriá domina la uva Tempranillo, aunque hay pequeñas plantaciones de Viura, Malvasía, Chardonnay, Cabernet Souvignon, Graciano, Mazuelo y Garnacha.

En 1981 la bodega y sus 120 Ha, se venden a la C.A.N, quedando el resto de la finca en manos de la  familia Huarte. A partir de estas fechas la bodega incorporó mejoras en los sistemas de elaboración. Se ha introducido acero inoxidable con capacidad para procesar 3.200.000 l. En las instalaciones se elaboran tintos, rosados y blancos. Los blancos y rosados se comercializan en su primer año, mientras que de los tintos solo se hacen Crianzas, Reservas y Grandes Reservas.









Existen tres naves que dan cabida a unas 10.000 barricas, entre las que se encuentran gran número fabricadas en la propia bodega.

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