Necesito mojarme y tener frio

¿Será a lo mejor porque mi memoria, va fallando con los años?, pero hace ya bastantes meses que no me mojo por la calle y las temperaturas reinantes, se mueven en un arco que va del calor tropical, pegajoso y paralizante, por desgracia los más de los días a las de llevar una liviana chaquetita que sobra y basta para ir cómodos.

Esto visto así, alguien me dirá, ¿de qué se queja, es un ambiente privilegiado? y yo contestare, estoy contando el ambiente de Madrid, que se ha caracterizado siempre por un clima bastante extremado.

Prácticamente desde finales  del pasado abril, el sol no nos ha abandonado. Sales de casa y una sensación de ahogo, bochorno y falta de ambiente te acompaña continuamente… tú piensas llegara la noche y refrescara, pues no, el calor almacenado en el asfalto te sigue acompañando…

En otros tiempos a finales de Septiembre y principios de Octubre, el cielo comenzaba a nublarse y Madrid parecía bañado en una tonalidad muy particular, donde ese gris típico de las  nubes otoñales hacía un auténtico lavado a los edificios de los que parecía  emanar una nueva humanidad.

El frio que comenzaba hacia la primera decena de este mes de Octubre, lograba que las personas volviéramos a ensimismarnos en nosotros mismos arrebujados en las prendas de abrigo usadas para salvaguardarnos de la fría brisa que mandaba la vecina sierra de Guadarrama, aquella de la que se decía “que no apagaba una vela, pero si matar a una persona de pulmonía”.








En ese primer paso de las borrascas por encima de Madrid, a principios de este mes que los expertos conocen como “cordonazo de San Francisco”, comenzaba el cielo a dejar caer sobre la ciudad, agua, que servía para limpiar la ciudad de las impurezas y miasmas, que los calurosos veranos matritenses dejaban como regalo y para refrescar el carácter de las personas, para que seguir…

¡¡¡Necesito mojarme y tener frio!!!

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