Esperando en el Centro de Salud…

Es un gran espectáculo y fuente de enseñanzas el observar a nuestros conciudadanos y sus reacciones, en todos los escenarios de la vida diaria.

Hace unos días tuve que ir al Centro de Salud que me corresponde, a consultar con un facultativo y en la espera, me di cuenta de varias cosas. El marketing médico existe de una manera solapada, porqué es la única explicación que encuentro a la altísima temperatura reinante, las personas sudan hasta la extenuación y cuando salen catarrito al canto, así se engrosan las listas de espera.

Llegas en el ascensor al piso donde está la consulta que te corresponde y tienes que hacer una especie de paseíllo delante de las personas que esperan en sus asientos pegaditos a las paredes, avanzas y das un pequeño traspiés ¡¡¡ uh,uh, uh, por poco no me he caído !!!, dices para tus adentros, han limpiado el suelo con alguna sustancia deslizante ¿faltaran clientes en Traumatología?, llegas sin más contratiempo a donde te corresponde, te sientas y ya pasas de modelo desfilando a espectador del desfile. ¡¡¡Esa señora que viene por ahí, que mala cara tiene!!! ¿ Pienso que la tengo mejor?. Dos señores a mi lado de mediana edad, están hablando de futbol, hacen bien las penas de la enfermedad dentro de la consulta y con el doctor. Una madre, más allá, intentando sujetar a su hijo de corta edad que bulle y se rebulle sin parar y así podríamos seguir…

Es de observar la cara de la gente al salir de la consulta del doctor que le ha atendido. Caras alegres, reflejando la benignidad del trastorno o los buenos resultados de las pruebas diagnósticas realizadas. Caras preocupadas, tristes, resultado de las malas noticias recibidas. Caras expectantes, salen con muchos papeles de petición  de pruebas ¿tendré yo algo importante?








Lo tengo que dejar porque tengo que entrar ya.  ¿Qué cara sacare?...


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