De la lectura y los libros
La sorpresa que se llevaron algunos de nuestros antiguos antecesores prehistóricos, cuando vieron, mejor dicho, oyeron, que ciertos “homo sapiens”, emitían sonidos guturales que otros individuos de esos grupos entendían y contestaban
con otros parecidos o complementarios, fue mayúscula, hablaban, trasmitían ideas.
Con el paso de las épocas,
alguien redujo esos sonidos a signos, para reproducirlos posteriormente en
materiales adecuados y poder conocerlos y leerles en otros momentos. En líneas
generales, así aparecieron la primitiva escritura y por ende los libros,
inventos de especial significación en el devenir de la historia de la Humanidad.,
La actual vida tan agitada actualmente, es enemiga de la lectura ya que esta requiere una especial calma y sosiego y la actualidad no es precisamente contemplativa. Se ha perdido mucho silencio en las casas …con la radio, la televisión, internet, los celulares, todas estas cosas con enemigas del reposo y de la calma.
El tiempo, aunque sea poco para
leer, no debe faltar a nadie, ha de ser necesario, imprescindible para nuestro
recreo y cultivo del ocio; se necesita de un libro como del aire y los
alimentos, si se aspira a una vida rica en calidad y crecimiento.
Además, con la lectura, entramos en contacto con facetas de nuestra personalidad que tal vez desconocíamos y esto nos hace crecer y se enriquece nuestro autoconocimiento. De este modo experimentamos la inmersión en otro mundo, como una experiencia altamente gratificante, al sentir la bondad de la lectura en nuestro desarrollo personal y espiritual.
Leer es una magnifica autoayuda y
reactiva procesos curativos en marcha. Frente al libro estamos inmersos en una
calma absoluta, es un acto de olvido de lo cotidiano y deslizamiento a otra
realidad, una inmersión en la profundidad de nuestro yo.
Un libro, “es un hacha para
romper el mar congelado que hay en nosotros”. En el antiguo Egipto, los
faraones, mandaban esculpir en los dinteles de sus bibliotecas en vez de esta
palabra, “SANATORIO DE ALMAS”, significativo, verdad.
Leer es un arte que necesita aprendizaje, no se nace lector, cuando se descubre el placer, se suele ejercer una sana pedagogía hacia otros, invitándoles a seguir ese camino fascinante.
El libro es para la mente de los
hombres, el verdadero resorte para la paz y la unión entre los pueblos, teniendo
una gran influencia para templar las reacciones entre los pueblos. El libro es
el consejero de las grandes decisiones, es el amigo ejemplar que lo da todo y
nada pide (Marañón).
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