No usar su nombre en vano

 

En una época donde las tentaciones consumistas de todo tipo de productos, comidas y actitudes, se ha generalizado, que algunas por su gran calidad, publicidad y tradición se colocan al frente de las apetencias de los ambientes consumidores, convirtiéndose en marcas líderes en el mercado que atraen hacia si la atención de los demás.

En gastronomía, en nuestro país y en sus distintas regiones autónomas, existen cocinas regionales que han sido y son santo y seña del buen hacer y del mejor comer, llegando a ser marca señera de garantía sus preparados de cocina, basado también en un manejo casi mágico en la cocina de los productos de todo tipo de los que la naturaleza les ha dotado abundantemente. Me estoy refiriendo a EUSKADI, regalada con maravillosos productos naturales por su espacio geográfico (tierra, maravillosas verduras, excelentes carnes de todo tipo, productos de la caza tan abundante en sus montes, setas variadísimas…) (mar: pescados y mariscos de ese mar sin fondo, que es el Cantábrico verdadero vivero de exquisiteces para el paladar…). Junto una especial propensión de sus gentes de tratar todos estos increíbles materiales, con especial sencillez, mimo y cuidado han llevado a crear una especial forma de cocina respetada en todo el mundo, siendo marca de calidad y buen hacer COCINA VASCA.

Por eso, el uso de la identificación COCINA VASCA en cartas y otras lugares de sus locales, sin cumplir lo mínimo deseable para optar, es una afrenta a una marca tan acreditada y bien posicionada en el mercado. Me refiero a establecimientos, que se aprovechan raíz vasca para poner en sus manteles, desechos de productos comestibles (pescado, me ocurrió a mí, el domingo pasado con unos rodaballos que, con un larguísimo periodo en nevera, me los quisieron hacer pasar por fresquísimos. Tortilla de supuesto bacalao. Tigres (parecían solo gatos de un supuesto changurro).

Para que seguir, todo esto ocurrió en un supuesto mesón-taberna vasco en la calle de Sandoval, cercana a la Glorieta de Bilbao de Madrid, a quien pido encarecidamente las palabras, C0CINA VASCA, hasta que de verdad la practique en sus preparados.