¿La envidia, tiene color?

 

La vida humana, está regulada por pulsiones de todo tipo que ayudan en el desarrollo de la existencia en todos sus aspectos y que facilitan el logro de objetivos, pero el ser humano (social por excelencia) realiza su existencia en compañía de otros, lo que da lugar a sentimientos encontrados, que a veces influyen negativamente en la existencia de los individuos. Ese cruce de sentimientos, (pecados contra la Ley Natural) ponen en peligro la convivencia social y personal, cuando son negativos.


Hay personas, que están recomidas de la necesidad de tener lo que no tienen y que si lo tiene el otro. Ya tenemos una pareja siniestra, envidiador e envidiado. ¿El envidiador que hace para llegar al envidiado y ser como él? Nada, absolutamente nada, recocerse y vivir ese deseo de ser el otro, de una manera sórdida, interiorizada, dramática. Es su obsesión que nunca le abandona pudiendo alcanzar en ocasiones consecuencias trágicas. Perderían un ojo, en caso de apuro, con tal que su oponente quedara ciego completamente.


Este siniestro personaje que describo no cae en que la forma más sencilla de evitar esto, es emular, imitar al envidiado, copiarlo. Y así es la manera más sencilla de que se pase este impulso. Hay que tener en cuenta que estos envidiadores, son personas de bajísima autoestima, reconcentrado de carácter y formación deficiente. Su plan vital es TENER y luego SER, una de las raíces del problema.

La envidia ha estado, está y estará en el centro de todos los problemas tanto personales, como sociales de todos los seres humanos. Ha sido, es y será el principal motivo desencadenante de guerras, algaradas, asesinatos y cualquier alteración que afecte a la convivencia humana en toda su extensión.


El primer asesinato del que se tiene noticia escrita (figura en los libros bíblicos), es la muerte de Abel a manos de Caín motivada por la creencia de este, de que su padre pretendía hacer a el hermano su único heredero. Caín agredió a su hermano con una quijada de burro, y de ahí en adelante todo. La envidia lleva a los otros delitos capitales como acompañantes y colaboradores (lujuria, ira, soberbia, avaricia, pereza y gula).


En los libros  de Simbología, la Envidia es verde, porque es un  sentimiento que brota del interior de las personas, como de la tierra los vegetales (verdes).

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